CUENTOS CONTADOS DOS VECES
“Cuentos contados dos veces” es un buen libro, pero para leerlo sin prisas, para saborearlo con paciencia. Así su prosa llena de circunloquios, destila un estilo relamido, anacrónico para nuestro tiempo, que hace de su lectura un jeroglífico un tanto indigesto. Por tanto el primero y tal vez el único inconveniente que presenta este libro sea ése, su forma excesiva, su escritura prolija y culterana, muy elaborada incluso para ese movimiento literario entre romántico y realista americano en que vivió Hawthorne.
Claro que la recompensa viene luego, cuando los distintos cuentos que se van sucediendo, sobre todo algunos, te sorprenden, te impresionan y te provocan cualquier sensación menos indiferencia. En sus líneas no encontrarás una historia para disfrutar placenteramente y sin sobresaltos, que te relaje y te distraiga , no, nuestro autor , en esta ocasión no ha empleado su talento para hacernos pasar un rato agradable sin más pretensiones, sino que escribe unos cuentos extraños, realistas unos, surrealistas otros y hasta busca el absurdo en varios de ellos. Por eso si tenemos en cuenta cuando fueron escritos, en la forma no pueden disimular su longevidad, pero en cuanto al fondo, qué modernos y actuales resultan; no tenemos sino que fijarnos , por ejemplo, en WAKEFIELD, ese Paria del Universo, una conducta rara o diferente , que pone de manifiesto que la peculiaridad del individuo al margen de los sistemas también existe, o El experimento del doctor Heidegger donde la búsqueda de la eterna juventud, un imposible al que no se renuncia nunca aunque tuvieras que vivir sin apartarte un momento de la fuente mágica o se convirtiera tu vida en una quimera. Y qué decir de Los siete vagabundos, con unos personajes a cual más estrafalario como si formaran parte de una función absurda, pero a los que el autor construye dándoles una imagen peculiar , llena de fuerza y colorido. O Una boda entre los Shakers, donde describe con maestría una atmósfera puritana revestida de una ética intransigente, ideal para Adam Colburn que satisfará sus ambiciones pero que terminará quebrando a la frágil Martha Pierson.
Conclusión: un libro estupendo, con fuerza en el relato , sobre todo en algunas imágenes que describe, causan zozobra y pavor, crea una atmósfera inquietante en algunos cuentos, lástima que cueste tanto esfuerzo leerlo.